¿Cómo ayudar a un niño a que supere su timidez y vergüenza?
¿Cuándo los padres deben preocuparse por la timidez de su
hijo?
Usualmente los niños son bastante francos y espontáneos a la
hora de comunicarse con sus semejantes; pero muchas veces, dentro del grupo
de amigos de nuestros hijos, vemos a uno que se queda aislado, como
"mirando los toros desde la barrera", mientras el resto juega y se
divierte. A veces la explicación está en cierto rechazo que el propio niño
genera, pero en otras, y es este el tema que me motiva hoy, es el propio
pequeño quien se auto-limita y se aísla.
La timidez de los niños
Cuando estamos ante un caso como este, muchas personas
tienden a colocar bajo la misma sombrilla a los niños tímidos y a los
que padecen de inhibición conductual, patología que incluso es tratada por los
especialistas en psiquiatría infantil.La timidez es una forma de ansiedad
que surge en el contexto de ciertas situaciones sociales, principalmente en
aquellas en las que el niño siente que existe una o más "figuras de
autoridad" que lo evalúan constantemente, o cuando el chico manifiesta
cierta inconformidad con lo que sucede en su entorno. La timidez es
posible superarla en la misma medida en que el pequeño gane confianza en sí
mismo, tarea en la que mucho podemos ayudar desde casa.
La inhibición conductual, por su parte, se expresa tanto en
situaciones sociales como no sociales, y no es una respuesta a una
circunstancia específica de evaluación, sino que es un rasgo del
temperamento definido por el miedo extremo ante la novedad. Un niño
inhibido experimenta una gran ansiedad ante lo nuevo, incierto o cambiante, y
por esa razón se retrae y evita el contacto con cualquier cosa que pueda
generar esos estímulos. Entre los síntomas de esa inhibición patológica se
describen los largos preámbulos que se toma el niño antes de responder a un
estímulo (a veces nunca llega a hacerlo): El retraimiento, el cese
del juego y de las conversaciones, la tendencia a permanecer cerca
del cuidador, la hipersensibilidad y el llanto fácil, las expresiones
faciales de miedo, y la prudencia excesiva.
Investigaciones al respecto han certificado la relación
existente entre este tipo de inhibición conductual en la infancia con cuadros
ansiosos y depresivos desarrollados durante la adolescencia y la adultez, por
lo que si tiene dudas acerca del comportamiento de su pequeño sería
muy conveniente la opinión de un especialista que defina si se trata de un niño
tímido o retraído.
Referencia: Rosa Mañas. GuiaInfantil.
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