No olvidar

“En nuestro alrededor hay personas que necesitan nuestra ayuda, no sólo para cruzar la calle o para subir unas escaleras sino también para tener con quien reírse, alguien en quien confiar. Todos tenemos alguna discapacidad… quizás la nuestra sea que no nos damos cuenta que podemos
cambiar la situación”

viernes, 10 de enero de 2014

A las familias de niños y niñas con discapacidad intelectual



Los niños y niñas con discapacidad intelectual aprenden con más lentitud o dificultad que el resto de su misma edad, requiriendo mayor estimulación y ayuda adicional de parte de los padres, hermanos, otras personas del grupo familiar, profesores y compañeros. Son destacables su gusto por el juego, la música y el baile, expresan fácilmente sus emociones, sus alegrías y tristezas, son muy afectuosos y deseosos de agradar. Para estos niños es especialmente importante un ambiente estable que les proporcione oportunidades para desarrollarse. Es fundamental tener presente, que los niños y niñas llegan a ser adultos, crecen, se desarrollan y tienen las mismas necesidades que otras personas de su edad, es decir, no permanecen niños toda la vida.


Los padres y hermanos pueden colaborar en su aprendizaje y desarrollo.





Referencia: Guía para familia 2

A las familias de niños y niñas con discapacidad motriz





Los niños y niñas con discapacidad motriz conforman una población heterogénea, presentan una disminución o pérdida parcial o total de las habilidades motoras, incluyendo el lenguaje expresivo. Una forma es la Parálisis Cerebral que compromete a una o más áreas del cerebro, produce inmovilidad, alteraciones motrices o de la coordinación muscular. Para desplazarse pueden necesitar muletas, soportes, andador o silla de ruedas.
Muchas veces los largos tratamientos y hospitalizaciones afectan los vínculos y relaciones de estos niños con su familia y amigos. Además, ven muy limitadas las posibilidades de jugar y compartir el tiempo libre con personas de su edad, debido a las barreras del entorno, tales como escaleras, falta de rampas y ascensores, pasillos y dinteles estrechos de las puertas, que no permiten el paso de una silla de ruedas, terrenos con declive y otras características que no facilitan el acceso a distintos lugares.


¿Cómo apoyarlos en casa?
Referencia: Guía para familia 2 



A las familias de niños con discapacidad auditiva

Discapacidad Auditiva



La pérdida auditiva que presentan niños y niñas es de naturaleza e intensidad diversa, por dicha circunstancia deben acudir a medios de comunicación alternativos y apoyos tecnológicos especiales para aprovechar el resto de su audición. Dentro de este grupo encontramos a las personas que son sordas y a las que se consideran hipoacúsicas, que son la mayor parte de la población. Ellas presentan una disminución de la audición, pero son capaces de escuchar y seguir una conversación con la ayuda de audífono y pueden también desarrollar la lengua oral. Al no escuchar, no pueden comunicarse como quisieran. Esto puede provocarles ansiedad y muchas veces sentimientos de inseguridad y frustración, al faltarles información del medio y también tener intereses distintos a los de sus hermanos y amigos, pues no pueden escuchar música o disfrutar de la televisión o el cine. Cada niño o niña sorda, al igual que los oyentes son una realidad individual, por lo tanto, no se puede generalizar, sino sólo compartir algunas sugerencias posibles de tener en cuenta en la vida diaria. Necesitan ser valorados, protegidos y tratados igual que los demás niños de la familia, teniendo a su cargo tareas y deberes en el hogar, compartiendo momentos de ternura y apoyo en las situaciones que lo requieran, atendiendo sus particularidades. Pueden ser muy expresivos para comunicar su afecto y, a la vez, necesitan que las personas que quieren sean muy elocuentes para manifestarles su amistad y cariño.


¿Cómo favorecer el avance de los niños en familia?


































Referencias: Guía para familia n°2

jueves, 9 de enero de 2014

A LAS FAMILIAS DE NIÑOS Y NIÑAS CON DISCAPACIDAD VISUAL Y CEGUERA

Discapacidad visual.



  • Los niños y niñas con discapacidad visual manifiestan pérdida o disminución del sentido de la vista.
  • Cuando hay restos de visión es muy importante incentivarlos a que los utilicen para realizar variadas actividades en forma independiente, tales como alimentarse, hacer su aseo personal, vestirse y caminar en lugares conocidos, ya que estos niños pueden percibir los contornos de las figuras, la luz y los movimientos. Estos niños y niñas, desarrollan mucho sus otros sentidos en compensación a la falta de la vista, por tanto, al relacionarse con ellos y al expresarles afecto, es muy importante el lenguaje y el contacto físico. A ellos les interesan las mismas cosas que a otros niños, les gusta que los tomen en cuenta y participar en reuniones, fiestas, juegos y salidas junto a la familia y amigos.

¿Qué hacer para favorecer su autonomía?




Ejercitar el uso del bastón en situaciones que estimulen y motiven la autonomía, como ir a comprar por el vecindario o visitar a un amigo.






Apoyarlos para que participen en las mismas actividades que los otros niños, permitiendo que tengan deberes y derechos, por ejemplo que hagan sus tareas junto a sus hermanos, que ordenen y cuelguen su uniforme luego de llegar de la escuela, que escuchen la música que les gusta.




  
Caminar con ellos por la casa, reconociendo las puertas de salida a la calle o al patio, pasillos y calles del vecindario, repitiendo los trayectos, corrigiendo los errores en el momento en que se producen y conversando de todo lo que hay alrededor.







Estimularlos a reconocer a las personas por el ruido de sus pasos o por su voz.







Ayudarlos a que conozcan la ubicación de todas las cosas, los espacios de la casa y del interruptor de la luz, pues muchos niños poseen restos de visión y esto les permite mayor independencia.






Animarlos a usar las escaleras y espacios irregulares, al comienzo con ayuda, para luego dejarles solos.






Al estar con el niño o la niña en la cocina, el baño u otro lugar, poner a su alcance variados objetos, para que conozcan su forma, tamaño, textura, temperatura, así como también, los cambios que pueden sufrir objetos tales como, bolsas vacías o llenas, esponjas secas o mojadas, papeles lisos o arrugados, masas, etc.





Apoyarlos inicialmente para que, poco a poco, aprendan a colaborar en las tareas y rutinas del hogar, como lavar platos, ropa, hacer camas, etc.






Orientarlos en la búsqueda de la comida en el plato, la
forma de sujetar éste y la localización del pan, empleando

el tacto.






Incentivarlos en servirse solos, el jugo o la bebida, usando como referente su dedo al borde del vaso.








Ayudarlos a reconocer táctilmente la vajilla, diversos platos, fuentes, vasos y cubiertos.









Enseñarles a usar el cuchillo para cortar pan, frutas y carne.









Guiarlos en el reconocimiento y la ubicación de los diferentes elementos del baño.








Motivarlos permanentemente a realizar su aseo personal.







Enseñarles a vestirse y desvestirse, usando como referencia táctil las etiquetas de las prendas que se coloca o se quita y luego ordenarlas, para encontrarlas con facilidad.





Mostrarles la ubicación de objetos que se encuentran en diferentes lugares y alturas, para que al tomarlos, los niños establezcan relaciones espaciales respecto de sí mismos y de las cosas entre sí. Por ejemplo: reconocer mediante el tacto el espacio del baño, palpar con las manos el jabón que está sobre el lavatorio, alguna colonia o crema que está en la repisa del botiquín, el envase del algodón en la parte superior y el recipiente de los cepillos de dientes sobre el silencioso del w.c.







Referencia: Guia familia n°2

El niño tímido, inhibido o retraído

¿Cómo ayudar a un niño a que supere su timidez y vergüenza?
¿Cuándo los padres deben preocuparse por la timidez de su hijo?

Usualmente los niños son bastante francos y espontáneos a la hora de comunicarse con sus semejantes; pero muchas veces, dentro del grupo de amigos de nuestros hijos, vemos a uno que se queda aislado, como "mirando los toros desde la barrera", mientras el resto juega y se divierte. A veces la explicación está en cierto rechazo que el propio niño genera, pero en otras, y es este el tema que me motiva hoy, es el propio pequeño quien se auto-limita y se aísla.

La timidez de los niños


Cuando estamos ante un caso como este, muchas personas tienden a colocar bajo la misma sombrilla a los niños tímidos y a los que padecen de inhibición conductual, patología que incluso es tratada por los especialistas en psiquiatría infantil.La timidez es una forma de ansiedad que surge en el contexto de ciertas situaciones sociales, principalmente en aquellas en las que el niño siente que existe una o más "figuras de autoridad" que lo evalúan constantemente, o cuando el chico manifiesta cierta inconformidad con lo que sucede en su entorno. La timidez es posible superarla en la misma medida en que el pequeño gane confianza en sí mismo, tarea en la que mucho podemos ayudar desde casa.
La inhibición conductual, por su parte, se expresa tanto en situaciones sociales como no sociales, y no es una respuesta a una circunstancia específica de evaluación, sino que es un rasgo del temperamento definido por el miedo extremo ante la novedad. Un niño inhibido experimenta una gran ansiedad ante lo nuevo, incierto o cambiante, y por esa razón se retrae y evita el contacto con cualquier cosa que pueda generar esos estímulos. Entre los síntomas de esa inhibición patológica se describen los largos preámbulos que se toma el niño antes de responder a un estímulo (a veces nunca llega a hacerlo): El retraimiento, el cese del juego y de las conversaciones, la tendencia a permanecer cerca del cuidador, la hipersensibilidad y el llanto fácil, las expresiones faciales de miedo, y la prudencia excesiva.
Investigaciones al respecto han certificado la relación existente entre este tipo de inhibición conductual en la infancia con cuadros ansiosos y depresivos desarrollados durante la adolescencia y la adultez, por lo que si tiene dudas acerca del comportamiento de su pequeño sería muy conveniente la opinión de un especialista que defina si se trata de un niño tímido o retraído.



Referencia: Rosa Mañas. GuiaInfantil.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Redes de apoyo entre familias de niños con y sin discapacidad

¿Por qué son importantes las redes de apoyo entre familias de niños con y sin discapacidad?



Sabemos que existen diferentes actitudes hacia la discapacidad. Estas diferencias se observan en actitudes culturales y comunitarias frente a los niños y niñas con necesidades educativas especiales, las que se diferencian de una comunidad a otra. Hay comunidades más abiertas, solidarias y respetuosas hacia las personas con discapacidad que otras. Ello incide en las relaciones familiares, en cómo perciben y resuelven sus problemas.
Sin embargo el elemento básico y común a cualquier lugar del mundo al cual se pertenezca, es considerar que una familia con un integrante con discapacidad, no debería estar obligada a vivir una vida diferente y separada en relación al resto de la población de ese lugar, sino compartir y participar con todas sus particularidades en un ambiente colectivo donde todos y cada uno tiene algo
que aportar.


Fuente: Guía para familia